lunes, 18 de julio de 2011

" Publicidad agresiva, Publicidad de alto impacto "

Muchas veces no es suficiente para los publicistas hacer que las personas volteen a mirar un anuncio o un cartel sobre la acera de la calle. Hoy, ver en la televisión un anuncio no es suficiente. Por eso, se recurre a la llamada “publicidad de alto impacto” o “publicidad agresiva”, para ir más allá de la simpleza de robar miradas y generar polémica. El objetivo único es llamar más la atención.

La publicidad es el uso de elementos poco comunes, extremos, en la publicidad. No simplemente haciendo promoción al producto o resaltándolo en lo más posible, sino montando alrededor de éste una situación impactante, bizarra y llamativa, todo para crear mensajes gráficos para prevenir de ciertos riesgos a los consumidores. Por lo general, cuando el riesgo es importante y se crea una alarma social, este tipo de publicidad sirve para “concientizar” al público. De esta forma el individuo se percata del peligro que conlleva el uso o mal uso o uso indiscriminado de los productos. El aspecto nodal reside en mostrar la realidad con toda la crudeza posible.

A su vez, al hablar de publicidad de alto impacto nos referimos al tipo de publicidad de competencia leal y/o desleal entre dos productos, resaltando las virtudes, el precio, los premios obtenidos y demeritando -en cierto grado- al rival. En este ramo tenemos como ejemplo en Europa la competencia entre las compañías automotrices Audi A8 vs Mercedes, o a nivel mundial Coca Cola vs Pepsi, Sabritas vs Barcel por mencionar algunos.

El tipo de publicidad directa conlleva riesgos; podría herir la sensibilidad del espectador y/o consumidor, por ello ha de tratarse con sutileza y a la vez con firmeza. Existen cosas raras de la publicidad agresiva. Por ejemplo, desde que se puso énfasis en la leyenda de los cigarros “FUMAR MATA”, han aumentado las muertes por cáncer de pulmón. Extraño, apuntaría. Se debe a una respuesta psicosomática del cerebro al recibir el mensaje y decirle al cuerpo tienes que morir. Esta es una de las razones por las que se debe tener cuidado con la publicidad agresiva, que en ocasiones afecta más allá.

Se puede diferenciar al menos dos clases de publicidad. Una, la “agresiva”, que causa impacto al consumidor en cuestiones de salud y bienestar, -por qué no decirlo- también muerte, terrorismo, de abuso infantil o violencia a la mujer, del cambio climático, sobre maltrato animal, etc. Dos, de la publicidad de “alto impacto”, que es la pelea entre dos compañías o más que son líderes y que tratan de desprestigiarse o realzar sus cualidades.

¿Qué tan efectiva puede ser la publicidad agresiva? Un ejemplo claro. Los teléfonos públicos de Rumania han sido el objetivo de una agresiva campaña publicitaria, a lo que apuntaron cual francotirador fue a denunciar la violencia doméstica. En cada teléfono existían fotos de violencia domestica acorde a la forma del aparato telefónico con un numero de denuncia y de esta manera aumentaron las denuncias en 100%.

En cambio la publicidad de alto impacto quizá no afecte a las ventas directas, pero afectará la imagen de la marca, su peso en el mercado, aumentara su solidez y aumentará la confianza en la calidad del producto frente a su competidor.

L.A. Ramón Suastes Varela 

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