lunes, 12 de marzo de 2012

IMAGEN INTERNA



Imagen interna, esencia, personalidad, identidad, si mismo, yo, auto-concepto… palabras que comparten una característica: su referencia a la singularidad, unicidad y peculiaridad de cada persona.

La imagen interna es la percepción que tenemos de nosotros mismos. La manera como nos relacionamos con los demás dependerá en gran medida de nuestra auto percepción. Si nosotros creemos que somos, podemos o tenemos más o menos de lo que la realidad muestra, la armonía de nuestras relaciones sociales, profesionales, laborales o sentimentales se verá necesariamente afectada. El problema radica en que pocas veces hacemos un alto para pensar en nuestro verdadero yo, en nuestra esencia. Deberíamos plantearnos con más frecuencia la pregunta ¿Quién soy? Comprender lo anterior no es tarea por demás difícil, sin embargo, desentrañar el misterio de nuestra esencia si lo es. Para diseñar una imagen pública personal primero es necesario respetar la esencia, de lo contrario, nos arriesgaríamos a introducir estrategias de estimulación de audiencias que atentarían contra el “yo interno” y que, por tanto, resultarían en una actuación sin convicción que afectaría la transmisión de cualquier mensaje, verbal o no verbal. De ahí que tuviese que introducirse un proceso de reconocimiento de esencia antes de diseñar una imagen pública.

El reconocimiento de esencia se logra con la realización de la entrevista a profundidad cuya duración y frecuencia dependerán de cada caso en particular. La entrevista tendrá por objeto “viajar al interior” de la persona para reunir información suficiente que sirva para hacer una descripción del personaje, es decir, de la persona que se convertirá en el protagonista de la “buena historia” que se contara mediante técnicas de imagen pública. Los ingredientes que conformaran la información son la personalidad, temperamento y carácter; los principios y valores morales que rigen el comportamiento personal; la descripción del contexto de desarrollo humano que abarca desde la infancia hasta el momento actual y que constituyen la biografía; la auto descripción holística – cuerpo, mente, corazón y alma – que permite detectar la auto percepción; la aplicación de pruebas de psicodiagnóstico que aporten información complementaria. Finalmente, se reunirá toda la información recabada y con ella se hará la descripción del personaje, misma que deberá ser revisada y autorizada por el.

Una vez que el personaje se sabe reconocido y respetado, la actitud que guardara frente a la introducción de cambios de imagen pública que lo beneficiaran, será de total aceptación y apoyo. El proceso de la imagen pública no se trata de ordenar y obedecer, sino de reconocer y ayudar, de definir la esencia para después potenciarla.




LAET. KARINA CECILIA DE LEON ORTIZ

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