lunes, 22 de agosto de 2011

COMUNICACIÓN Y RELACIONES PÚBLICAS.


Comunicación y Relaciones Públicas no es una situación sin importancia para las Relaciones Públicas, pues si esto fuera así, tendríamos que decir que virtualmente las Relaciones Públicas no existen, ya que simplemente sería un nombre para designar cuestiones exclusivas y centralmente de carácter comunicacional o informativo. Es necesario esclarecer en la comunidad profesional, la verdad y la identidad y naturaleza propia década una de las disciplinas mencionadas.

Como los Ilustres estudiosos Latinoamericanos de las Relaciones Públicas, lo han bien establecido, tales como: Francisco Flores Sao, Roberto Porto Simoes y Francisco Del Solar Rojas, entre otros, el sustrato epistemológico de las Relaciones Públicas es  un trípode formado por aportes convergentes de las ciencias administrativas, las ciencias de la información y la comunicación y las ciencias sociales, con particular referencia de las ciencias de la conducta. Respecto a esto último, el Decano de los Relacionistas Públicos norteamericanos, Harold Burson, con más de medio siglo en el ejercicio profesional, afirma que en último análisis lo que las Relaciones Públicas buscan es “influir en la conducta”.

El enfoque en base doctrinaria tripartita, constituye lo que llamamos: “la tridimensionalidad de las Relaciones Públicas”. Esto significa que todo hecho de Relaciones Públicas, desde el más simple hasta el más complejo, es necesaria y constitutiva mente tridimensional o no es de Relaciones Públicas.

Como lo señala el especialista peruano, Francisco Flores Bao, “si bien las Relaciones Públicas se sirven con frecuencia de los medios de comunicación social como herramientas de trabajo, están orientadas a un propósito distinto y de mucho mayor envergadura, como lo es, el de promover la Integración humana en todos los niveles de la sociedad”. Todas las actividades organizacionales incluyen procesos de comunicación, pero la comunicación organizacional no se identifica como una función técnico-administrativa que tiene un propósito trascendente para el desarrollo de la organización.

El Relacionista mexicano Carlos Bonilla Gutiérrez, “las Relaciones Públicas representan el “para qué” de la comunicación. La fuerza que se puede generar dentro de una organización cuyos flujos de información y comunicación funcionen eficientemente, debe canalizarse hacia la suma de esfuerzos, la participación y la integración de objetivos para obtener propósitos comunes en el desarrollo comunitario.
Debe quedar claro que tanto la comunicación interna como externa deben considerarse dentro de la función de Relaciones Públicas.

En tal sentido, las Relaciones Públicas, concebidas como función integral, constituyen en conjunto de actividades que desde una función de dirección apuntan a optimizar los flujos de comunicación entre la organización y sus públicos internos y externos, con el propósito de que estos promuevan el entendimiento entre ambos y su participación en tareas de desarrollo social recíproco que, a su vez, redunden en el desarrollo comunitario.

En síntesis, queremos sostener que entre las Relaciones Públicas y la Comunicación existe una relación de complementariedad ya que ambas, simbiótica y recíprocamente se implican en la dinámica de la vida social. No hay tampoco en antagonismo manifiesto, ya que sin la comunicación organizacional no podría haber Relaciones Públicas, pero por su parte la comunicación no tendría una dimensión de integralidad si no fuera encuadrada por la función política de dirección de las Relaciones Públicas, que le aporta el “para que” de la mima otorgándole su dimensión esencialmente teleológica.

La  Comunicación Organizacional y las Relaciones Públicas tienen cada una de ellas su propia identidad y su finalidad específica. Identificarlas es una visión profesional inaceptable, que atrasa y confunde el desarrollo epistemológico tanto de la Comunicación Organizacional como de las Relaciones Públicas.



LAET. Karina Cecilia De León Ortiz

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